Sociología de la educación: El Feminismo: Ayer, hoy y mañana

Trabajo de: Susana Polo Rodríguez

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EL FEMINISMO: AYER, HOY Y MAÑANA

Susana Polo Rodríguez
susana.polo@estudiante.uam.es
Grupo 101 de Magisterio Infantil
Sociología de la educación
Profesora: Sonsoles San Román Gago
Universidad Autónoma de Madrid
2015/2016

INTRODUCCIÓN

¿Qué entendemos por feminismo? Mucha gente cree que lo conoce y que lo defiende, aunque realmente no conocen la definición exacta. Según el periódico feminista Mujeres en Red, el feminismo es ‘’un movimiento social y político […] que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera’’.

El feminismo, a diferencia del hembrismo, no busca la superioridad de la mujer con respecto al hombre. El feminismo busca la igualdad de oportunidades, de salarios, de derechos y de acciones sociales. Sí es cierto que algunos autores defienden la idea de que hay que ir ‘’más allá de la igualdad’’, aunque la meta de esta superación está en eliminar la diferencia hombre-mujer.

Metodología y motivaciones

En este trabajo voy a llevar a cabo una metodología histórico-evolutiva en la que explicaré cómo ha evolucionado el feminismo a través de la historia hasta llegar a lo que hoy; además del largo camino que queda por recorrer. Trataré tanto el tema profesional como el campo social y económico. Finalmente, me centraré en el papel de la maestra y su evolución.

He escogido este tema porque hace un año, me creía que lo sabía casi todo sobre el feminismo. Obviamente, estaba muy equivocada y mi idea era totalmente contraria. Gracias a las redes sociales y a lecturas, he podido conocer realmente lo que esta corriente pretende y he entendido lo importante que es que todo el mundo, tanto adultos como niños y ancianos conozcan el concepto e investiguen sobre ello y, así, se pueda recorrer el largo camino que queda hacia la igualdad de género con independencia de los sexos.

HISTORIA

Aunque parezca que el feminismo es una corriente actual, este movimiento surgió a finales del siglo XVIII. Fue un término proporcionado por los fílósofos y las mujeres de letras durante la Revolución Francesa. En 1791 apareció la Déclaration des droits de la femme et de la citoyenne, de Olympe de Gouges y en 1792, la Vindication of the Rights of the Women, de la inglesa Mary Wollstonecraft. Esto chocó con las ideas conservadoras de la época en las que el hombre debía ser el cabeza de familia. A esto debemos sumarle factor religioso: el modelo cristiano no concebía que la mujer y el hombre tuvieran el mismo peso dentro de la familia.

La industrialización favoreció estas reivindicaciones de la mujer, pues exigía que las mujeres trabajaran fuera de casa. Esto dio lugar a un elevado número de mujeres asalariadas que representaban una mano de obra barata.

La emancipación económica, social, política e intelectual de la mujer ha sido siempre una reivindicación de la izquiera socialista. La polémica feminista se desarrolló a lo largo de los siglos XIX y XX.

En el campo económico, a pesar del importante papel que desempeña la mujer en la producción, a día de hoy no se ha establecido una igualdad de salarios, un acceso a todas las profesiones independientemente del sexo y un largo etcétera. En el campo intelectual, hasta después de la I Guerra Mundial, la mujer no tuvo acceso a la enseñanza secundaria, y con respecto a la formación universitaria, no se tuvo acceso hasta después de la II Guerra Mundial. El derecho a voto, tanto activo como pasivo (la ocupación de cargos oficiales) es otra cuestión importante: las sufragistas llevaron a cabo numerosas reivindicaciones y proaganda feminista, sobre todo en los países anglosajones. Este derecho fue logrado después de la I Guerra Mundial.

A principios de 1970 el movimiento feminista ya se hallaba extendido por el mundo occidental, sobre todo en las zonas más industrializadas: Francia, Gran Bretaña, Países Bajos, Italia, Canadá etcétera. Este movimiento alcanzó un máximo en 1975 cuando la Organización de las Naciones Unidas declaró ese año como el Año de la Mujer. En 1980 se celebró una conferencia internacional feminista en Copenhague en la que se obtuvieron varias conclusiones: las mujeres, a pesar de ser la mayoría de la población y un tercio de la mano de obra asalariada, cobran un diez por ciento del salario masculino y poseen la centésima parte de su propiedad mundial. Las denuncias sobre esto dieron lugar a que los partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales incluyeran en sus programas una mayor atención a la mujer.

EL FEMINISMO MARXISTA

La tradición marxista, desde sus orígenes, asume la lucha por la liberación de la mujer. En El Manifiesto Comunista, Marx y Engles argumentaron que la clase dominante oprime a la mujer, tachándola de ciudadana de segunda clase y cuya única función es la reproductora.

Marx llevó a cabo su teoría feminista con relación a la abolición del capitalismo y a implantación del socialismo. Según el marxismo, en una sociedad capitalista los individuos forman parte de una clase social que determina sus capacidades e intereses. El feminismo marxista considera la desigualdad de género y por consiguiente, la subordinación de la mujer, es un modo de opresión que la clase dominante mantiene por mero interés capital.

Desde el inicio de la tradición marxista, el problema de la emancipación de la mujer no se ha contemplado solo como un asunto del sexo femenino sino como un tema que debe concernir tanto a mujeres como a hombres.

EL FEMINISMO EN LA PROFESIÓN DE MAESTRA

La profesión de maestra ha sufrido numerosos cambios durante el largo proceso de nuestra historia. En un principio, las mujeres tenían prohibido el poder acceder al mercado laboral. Las escuelas no se abrieron para enseñar cultura sino para aumentar la producción. Por ello, se crearon para sacar a los de la calle y que aumentara la producción del país.

En este momento se abren las escuelas patrióticas para niñas. España era un país muy religioso en el que la educación era un acto de caridad de las clases altas a las más bajas. Por ello, la financiación de estas escuelas depende de las donaciones de las clases a las clases bajas para crear este tipo de escuelas. Son escuelas donde van niñas, madres y abuelas. Estas escuelas tienen una función productiva: enseñan a las niñas a coser, hacer objetos útiles como lámparas. Los productos que realizan las niñas se venden, y con la recaudación se mantiene la escuela un año más.

En estas escuelas enseñaban a trabajar. Esta educación de las niñas supone un abaratamiento importante y un ingreso en la familia, pues la mujer era el motor principal del ahorro familiar. Estamos ante un modelo de educación que no tiene nada que ver de lo que entendemos por cultura: no trata de alfabetizar ni de aumentar el nivel cultural.

Las maestras eran mujeres analfabetas que se encargaban de enseñar a coser a las mujeres de la familia. Estas mujeres no tenían interés en aprender a leer o escribir. Eran mujeres viudas, pues si su marido vivía, ellas tenían prohibido trabajar.

Conforme la sociedad fue avanzando, los monarcas se empezaron a dar cuenta de que la educación de la mujer era importante, por lo que se abrieron escuelas pensadas en el ámbito de la escuela pública. Con la llegada de Fernando VII al poder, la gente pidió un cambio educativo. Se empezó a requerir un cierto nivel de cualificación para los maestros, y esto incluía también a las mujeres. El hombre trabajaba en la escuela y su esposa estaba con él en clase. Así, ésta empezaba a adquirir ciertos conocimientos de lectura y escritura. En caso de que una familia quisiera que su hija aprendiera lectoescritura, debían contratar a un pasante, un maestro privado que las enseñaba.

Así, en este punto acaba de empezar a interesar la posible demanda de alfabetización por parte de las familias. España ya empieza a estar dividida entre un sector más liberal y otro más conservador. Ya hay dos puntos de vista de la escuela: la escuela como producción y la escuela con determinadas asignaturas.

La primera ley de educación que nació en España fue en el año 1857. Esta ley supuso la obligatoriedad de la escuela para las niñas. España creció económicamente, la mujer empezó a interesar. Esto supuso un giro importante, pues la mujer ya puede estar sola en un aula. Esto afecta al concepto de maternidad y sobre todo a la infancia. Si las niñas no se alfabetizaban, España no avanzaba. Esto suponía un doble gasto para los ayuntamientos. Sin embargo, las familias que no llevaan a sus hijos a las escuelas, serían encarceladas.

En esta época, España era un país donde la escuela podía estar muy lejos y llevara horas para ir y volver, por lo que se decidió abrir cuatro modelos de escuela: completa, incompleta, de temporada y escuelas mixtas. Estas nacen por una necesidad económica. Las escuelas completas se abrieron donde el número de niños era suficiente como para abrir una escuela tanto de niñas como de niños. Para el maestro, se pedía un título.

Las escuelas incompletas se abrieron donde el número de niños y niñas no era suficiente, y había que buscar un pueblo cercano que le viniera bien a todo el mundo para juntar un número de alumnos suficiente. Los maestros no necesitaban título.

El legislador avanzaó y decidió crear las escuelas de temporada: en invierno, a lo mejor, las familias no podían llegar a la escuela por la nieve o el frío, y estas escuelas se abrían solo en primavera u otoño.

Por último, y en caso de la más absoluta pobreza, se abrieron las escuelas mixtas a pesar de que no estaba bien visto que las niñas y niños compartieran aula.

En 1857, la mujer se incorporó al mercado laboral. Ser maestro era incompatible con otra profesión. Así, los hombres abandonron, pues ganan más con sus otros trabajos. En cuanto al sueldo, las mujeres cobraban tres cuartas partes menos de dinero que los hombres, por lo que se pudo contratar a más maestras.

LA BRECHA SALARIAL

Actualmente es España, el salario de los hombres es un 19,3% superior al de las mujeres; mientras que en el resto de Europa este porcentaje asciende a 16,3% (datos de la Comunidad Europea). Esta diferencia en la remuneración de las mujeres con respecto a la de los hombres quiere decir que ellas trabajan’’gratis’’ 58 días al año. Por ello, podemos decir que una mujer cobra por su trabajo hasta el día 2 de noviembre mientras que un hombre lo hace hasta el 31 de diciembre.

En Europa, las mujeres se responsabilizan unas 26 horas semanales al cuidado de los niños o familiares y tareas domésticas, trabajos no remunerados, mientras que los hombres solo se dedican a ello unas nueve horas semanales. Esto conlleva a que una de cada tres mujeres tenga que reducir su horario laboral hasta hacerlo parcial, lo que hace que también se reduzca su salario; mientras que solo uno de cada diez hombres lleva a cabo esta reducción de jornada.

Esta brecha salarial también está relacionada con los cargos que ocupa la mujer. Debido a que la mujer se ve obligada a pasar más tiempo fuera del mercado laboral en algunas ocasiones, es el hombre el que ocupa los cargos más fijos (los directivos o de supervisión). En caso de que el trabajo que se lleva a cabo sea ocupado mayormente or mujeres como puede ser la enseñanza o las ventas, el salario será más bajo incluso aunque sea necesaria una igual o superior educación y formación.

La brecha salarial es un asunto de gran importancia y totalmente injusto para la mujer. A largo plazo, esta brecha se ensancha y afecta a las pensiones, por lo que finalmente, los hombres reciben un 39% más de dinero en su pensión que una mujer.

En el programa de trabajo de la CE se han planteado una serie de medidas para 2016 en las que tanto hombres como mujeres que tienen hijos u otras personas a su cargo puedan dividir su tiempo y salario de una manera equitativa para lograr un equilibrio y que la carrera laboral de ambos sexos sea lo más igualada posible.

EL FEMINISMO EN LA ACTUALIDAD

Según la profesora madrileña Elena Gascón-Vera, "el feminismo del siglo XXI está cambiando hacia una ideología que incluye y acepta todo tipo de mujer, apoya la inclusión de identidades distintas y la apreciación del cuerpo y la sexualidad femeninas".

Actualmente estamos viviendo la Tercera Ola de feminismo, sin embargo, se aprecia que está evolucionando hacia la Cuarta Ola. Esta nueva expansión es posible gracias a la ayuda de Internet y las redes sociales. Otro aspecto muy importante de esta nueva marea es la libertad sexual. Según la Doctora Glas, sin una buena educación sexual y sin feminismo, jamás lograremos una igualdad efectiva entre sexos. Gracias a Internet, las mujeres que antes no querían considerarse feministas o no sabían que lo eran, se esta democratizando el acceso a esta ideología. Durante años, el feminismo ha sido silenciado pero actualmente es casi imposible pararlo. Para la Doctora Glas, las redes sociales son poder y las feministas tienen que utilizarlas.

Un aspecto muy importante de este movimiento a día de hoy es que para ser feminista no hace falta ser mujer. La lucha feminista no es una lucha mujer vs. hombre, es una lucha de mujeres y hombres contra el machismo. Este movimiento no generaliza, y por supuesto no idealiza. No todas las mujeres son feministas, y no por ello se debe pensar mal de esa mujer. Cada persona es libre de pensar lo que quiera. El feminismo apoya las diferencias, pues son las que nos hacen únicos. Es un movimiento que lucha contra la sociedad patriarcal y opresora y quiere remodelar el sistema social para eliminar las diferencias entre sexos utilizando una mirada reflexiva.

La lucha feminista se organiza en torno a cuatro áreas a día de hoy, que son los siguientes:

· La participación política: En países como Argentina tienen implantada la Ley del Cupo, mediante la cual se obliga a que al menos el 30% de cargos políticos estén ocupados por mujeres.

· El empleo: Un gran desafío que hay en la actualidad, como ya he mencionado antes, es la brecha salarial. Por ello, se debe luchar para que el sistema trabajo-familia se concilie en los ámbitos laborales tanto para hombres como para mujeres. Esto se puede conseguir con numerosas medidas como pueden ser los horarios flexibles.

· Erradicar la violencia de género: A continuación, se hablará extendidamente de este punto.

· Educación sexual: Una parte fundamental para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres es la educación sexual. El consentimiento es algo fundamental cuando se va a llevar a cabo una relación de este tipo y sobre todo, debemos conocer perfectamente los métodos anticonceptivos. Esta educación es importante para ambos géneros, pues es responsalibidad de dos.

Violencia de género

La violencia de género es un tipo de maltrato hacia las mujeres que se lleva a cabo solo por el hecho de ser mujer.

‘’Se entiende por violencia de género cualquier acto violento o agresión, basados en una situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres que tenga o pueda tener como consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas de tales actos y la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si ocurren en el ámbito público como en la vida familiar o personal.’’ (Ley 11/2007, del 27 de julio, gallega para la prevención y el tratamiento integral de la violencia de género).

Hace poco, se entendía que la violencia de género era un problema de familia, es decir, que no debía salir de casa. Esta asunción de que es algo personal hace que las mujeres que la sufren se subordinen más hacia el hombre y les sea prácticamente imposible denunciarlo ya sea por miedo, vergüenza o incluso por sentirse culpables de estar sufriendo. Es importante saber y recordar que la violencia es algo que aprendemos, no nacemos con tendencia a ser violentos. Por ello, el maltratador es selectivo en el ejercicio de esta violencia y es capaz de controlarse en otras situaciones.

Hay muchas formas de violencia machista, algunas son:

· Violencia física: Cualquier acto de fuerza contra el cuerpo de la mujer con intención de realizar un daño físico o lesión. Puede ser mediante golpes, quemaduras, pellizcos, intentos de estrangulamiento, tirones de pelo, uso de armas… El maltrato físico es el más evidente y fácil de demostrar.

· Violencia psicológica: Incluye cualquier conducta, ya sea verbal o no verbal, que quiera y consiga causar que la mujer se sienta desvalorizada y sufra. Pueden ser insultos, menosprecios, abusos de autoridad, exigencias de obediencia, castigar con silencios e incomunicaciones, usar a los hijos como medio de insultos, mostrar celos, impedir que la mujer se relacione con familiares o su entorno… Este tipo de maltrato es más complicado de demostrar aunque a largo plazo, puede causar un gran desorden emocional en la mujer.

· Violencia y acoso sexual: Son todas aquellas conductas que impliquen la imposición, mediante la fuerza o la intimidación, a mantener relaciones sexuales no consentidas.

· Violencia económica: Es la privación de recursos para el bienestar de la mujer o sus hijos. El maltratador considera que la mujer es incompetente y que no administra bien o gasta el dinero en cosas innecesarias, por lo que no puede tomar decisiones sobre el destino del gasto.

Es muy importante denunciar el caso si se está sufriendo alguno de estos tipos de maltrato. A veces es muy complicado, pero no es necesario que se comunique directamente a la policía o al número contra la violencia de género (016), también se puede hablar con algún familiar o amigo. Lo más importante es no pensar que se es responsable.

La violencia nunca está justificada. La mujer que sufre este maltrato no es responsable de ello. Estas agresiones se van a repetir aunque el hombre finja que ha cambiado y que está arrepentido.